martes, 22 de marzo de 2011

Chosen: Capitulo 2/1

Hola a todo mundo...ha pasado tanto tiempo ya, lamento mucho no haber publicado antes, pero es que..bueno...es una historia muy larga, solo os diré que, aprendí algo estas ultimas semanas, "si llamas a tu futura madrastra perra cuarentona tu padre te castiga sin PC dos semanas" y creo que eso lo resume todo =D.

En Fin...me he llevado una enorme sorpresa al abrir el blog luego de mucho tiempo y encontrar 9 comentarios en el primer capitulo, 29 seguidores y OH DIOS 408 visitas!!! Casi caigo muerta de felicidad al ver esto!! creo que no me alcanza las palabras para agradeceros, porque nada de esto seria posible sin vosotras...OS AGRADEZCO MUCHO, MUCHO, MUCHISIMO.. =D. Y lamento muchisimo no haberme podido pasar por cada de nuevo por cada uno de vuestros blogs( que en mi opinión son grandiosos), pero..solo dadme unos pocos días, para poder organizar todo, y luego...con nada me podrán sacar de vuestros blogs.

Vale..supongo que a esta altura estarán pensando "Tanto bla,bla,bla¿ y cuando esta pondrá el cap.?" pero antes de poner el cap. necesito vuestra opinión sobre una cosilla.

ESTAS SON LAS POSIBLES TRES PORTADAS PARA LA HISTORIA, DEPENDIENDO DE CUAL OS GUSTE MAS (DEJAD SU OPINIÓN EN LOS COMENTARIOS) SERA LA DEFINITIVA.

PORTADA N° 1:



PORTADA N° 2:



PORTADA N° 3:

Espero que os guste, y me despido dejando la segunda parte del primer capitulo, que por cierto también tiene parte 3 que publicare el viernes, si o si. Tratad de prestar la mayor atención a los pequeños detalles porque se os hará un poco confuso sino el cap.

Bye....

PD: Para todas aquellas que se han quedado con la duda de quien era el "muchacho" lamento decirles que deberán esperar un largo...tiempo para saber quien es. Se que os enfaradan pero....debo mantenerles la intriga y espectativa XD.

PD 2:Rosebelle...muchas gracias por el premio, no te imaginas como salte de alegria cuando mi prima me dijo que recibi mi primer premio...prometo que antes del viernes pasare a buscarlo. Perdoname si parecio que no agradecia tu gesto.Todo lo contrario, lo agradezco y mucho.

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Mi cabeza duele como el infierno… eso es lo primero que pienso cuando despierto.

Me estiro, mis piernas están acalambradas de tanto dormir, no recuerdo en que momento del día me eh acostado, pero seguramente debe de haber sido ya hace horas, porque así me siento, como si hubiese dormido un largo tiempo.

Me levanto de la cama y recorro la habitación ejercitando mis piernas que siguen dormidas, el reflejo del espejo llama mi atención, me acerco a el y descubro un corte sobre mi pómulo izquierdo, recorro con mis dedos la herida que es de un color rosa pálido, en cuanto lo hago 
esta comienza a doler, es como si me estuviesen pinchando, no recuerdo haberme hecho esta 
herida.  Eso me intriga.

Dejo pasar el altercado y me acerco a la ventana, la abro de par en par, ya a oscurecido, una 
fresca brisa entra a través de los barrotes que la adornan, meto mi brazo a través de ellos, 
entra perfectamente, muevo mis dedos, giro mi muñeca, trato de atrapar el aire, estoy celosa, 
el aire es libre, puede recorrer las llanuras, océanos y montañas sin que nadie lo retenga, tan 
diferente a mi.

Miro el exterior con aire melancólico, desearía poder correr, sentir la hierba bajo mis pies, ver 
que hay mas allá de las montañas que rodean la institución, pero se que jamás podre ser capaz de verlo, esta prohibido salir mas allá de la valla, pero eso no me evita soñar con el mundo allá 
fuera.

Recuerdo un cuento que leí en la biblioteca, de una chica encerrada en una torre, Rapunzel era su nombre, de un hermoso y largo cabello, encerrada en la torre toda su vida por una malvada bruja, o eso creo yo, ya que nunca acabe de leer el libro, por una extraña razón las ultimas paginas faltaban. En fin, así es como me siento, como Rapunzel, esperando a su verdadero amor, anhelando la libertad.

Levanto mi cabeza y miro el cielo, la luna, eclipsada por las nubes, estas intentan taparla pero les es imposible, no pueden hacerlo, lo único que logran es que adopte un tono azulado…un extraño sentimiento me golpea, como si algo andará mal, es como un recuerdo, intenta abrirse paso en mi mente pero cuando intento alcanzarlo se escapa, como si se escurriera entre mis manos.

Azul…ojos azules, como el océano, tan azules y tan profundos.

Un muchacho, estaba en mi puerta, fue lo ultimo que vi antes de dormirme pero... ¿Que hacia en mi habitación? Y… ¿Por qué me observaba?

Sin pensarlo me alejo de la ventana y me dirijo hacia la puerta, la abro de sopetón y miro hacia el pasillo de un lado para el otro, como si de repente fuese a encontrarlo parado allí, como si apareciera de la nada. Decepcionada vuelvo a mi habitación, me siento sobre la cama confundida, nada de lo que pasa tiene sentido, aprieto mis manos en puños y un dolor agudo me atraviesa. Miro mis manos, ambas están lastimadas, pero eso es imposible, al igual que la otra cicatriz no recuerdo haberme hecho estas últimas dos.

Me concentro en mis manos, las giro una y otra vez aturdida, como si de esa forma fuese a conseguir las respuestas.

Siento una mano que toca mi hombro, doy un repingo asustada cuando me doy cuenta de que tengo a la enfermera pegada a mi, tan cerca de mi rostro, mirándome extrañada.

Recompongo mi postura y le devuelvo la mirada con el ceño fruncido, desafinándola.

Ella es la primera en apartar el rostro, no la reconozco, aunque tampoco debería hacerlo, jamás me atiende la misma enfermera el mismo día.

Me levanto de un golpe y ella se hecha hacia atrás, su mirada se dirige hacia mi muñeca, adornada por el brazalete rojo, sus ojos se abren de par en par, como un cervatillo asustado, se queda en su lugar, petrificada.

Comienzo a dar pequeños golpes con mi pie sobre el suelo, tratando de llamar su atención, pero no funciona, ella sigue allí, sin hacen nada. Me acerco a ella cautelosa, muevo mi mano de arriba a bajo frente a sus ojos pero no hay respuesta, sigue mirando hacia la nada. Miro más de cerca y noto que sus pupilas están dilatadas, entonces me doy cuenta, no es que se ha asustado, sino que esta en modo de transición.

Debo de aprender a controlar mi don, ya van varias veces que se me escapa. Doy un suspiro dramático, golpeo mis dedos sobre mis labios pensando en que debo hacer, no es fácil ordenar a una persona que haga algo, debo de estar muy concentrada para hacerlo.

Me paro frente a ella, cierro mis ojos y envió la orden.

“Despierta” pienso molesta.

Espero varios segundos, pero nada sucede, no hay respuesta, abro un ojo y espió pero…nada. 

Doy un grito frustrado y comienzo a patalear como niña pequeña.

Esto esta mal, muy mal…se supone que nosotros no debemos usar nuestros dones en el personal, a menos que estemos en el entrenamiento, estoy en graves problemas.

Trato nuevamente pero no hay caso, esta mujer no volverá a menos que…

La golpeo en la espinilla tan fuerte como puedo, del impacto caigo hacia atrás, mi cabeza golpea contra cama al caer, duele como el demonio. Miro a la enfermera, ha vuelto, dirige su mirada de mí a su tobillo hasta que solo se centra en mí, me mira unos minutos y luego…..grita con todas sus fuerzas.

Antes de que pueda levantarme sale corriendo de la habitación, en el trayecto se tropieza, pero vuelve a levantarse, solo que esta vez corre arrastrando su tobillo.

Me quedo mirando su salida demasiado dramática para mi gusto, la mujer ha hecho un escándalo de un pequeño golpe.

Me encojo de hombros y me paro. Froto con mi mano la parte trasera de mi cabeza, tratando de aliviar un poco el dolor.

Este no es mi día, hoy todo esta saliendo mal y por muy extraño que sea no puedo sacarme esa angustian que me inunda, y mucho menos puedo dejar de pensar en el muchacho.

Alguien golpea la puerta, seguramente es otra enfermera.

--Adelante—digo mientras me siento sobre la cama.

La enfermera entra con aire amenazante, me mira con el seño fruncido, se cruza de brazos, la reconozco, ella es la única capaz de lidiar conmigo, claro que eso implica que muchas veces deba usar la fuerza bruta.

Ella desea que baje la mirada pero no lo hago, mantengo la frente en alto.

--El Director te espera en su despacho para cenar, quiere hablar urgente contigo—dice seriamente

Luego da media vuelta y se va sin decir mas, aunque, al estar hace bastante tiempo aquí, ya estoy acostumbrada a su reacciones, y esa reacción quiere decir que solo tengo 30 minutos para estar allí o enviaran a los guardias a que me lleven.

Me acerco a la cómoda, saco algunas prendas de ropa, no tardo mucho ya que no hay mucho para elegir, solo hay algunas camisetas, unas batas, y unos pares de vaqueros, y todos son de color blanco.

Me meto en el baño, abro la ducha, dejo que el vapor del agua hirviendo caliente el aire del cuarto antes de desvestirme y meterme bajo el agua. Esta cae sobre mi, quema, pero no importa, al cabo de unos segundos todo mi cuerpo se relaja, el agua se desliza por mi cuerpo, se escurre entre mis manos, igual que los recuerdos.

Cierro la ducha, me envuelvo rápidamente en una toalla para no perder el calor, tomo el cepillo junto al espejo y comienzo a desenredar mi cabello, lo cual es mi mayor problema. Ha crecido demasiado y ya se me hace difícil peinarlo, ahora mismo llega hasta mi cintura y por mucho que me queje no quiero cortarlo, porque por alguna razón me hace recordar a Rapunzel.

Dejo que una pequeña sonrisa se extienda por mi rostro, sigo cepillando hasta que me doy cuenta de que no puedo retrasar mas el momento

Luego de terminar de vestirme salgo al pasillo en dirección al despacho del Director. Conozco el camino de memoria, muchas veces eh debido hacerlo, esta grabado en mi. Se que debo de caminar tres pasillos y luego llegare a un pasillo sin salida, en el cual hay una especie de aparato, pegado solitario a la pared. Lo que muchos no saben es que el dispositivo rebela una puerta secreta la cual da a una serie de escaleras que llevan al despacho del Director.

Mientras recorro los pasillos  paso frente a una habitación, la puerta esta ligeramente abierta, se ve solo un parte de la cama y sobre ella hay una especie de cosa peluda.

Eso despierta mi curiosidad, miro hacia ambos lados del pasillo, asegurándome que no haya nadie espiando, cuando veo que el pasillo esta limpio me meto sin titubear dentro de la habitación, cierro la puerta tras de mi para tener privacidad.

Toco con mis manos los muebles, sobre la cómoda hay un pequeño cepillo, en las cerdas de este hay cabellos dorados, al momento me doy cuenta de mi error, eh entrado en la habitación de alguna otra persona, algo que esta estrictamente prohibido. Suelto el cepillo y este cae al suelo junto a la pata de la cama, me agacho para recogerlo y lo devuelvo a su lugar, estoy a punto de irme cuando recuerdo porque eh entrado, me acerco a la cama y tomo entre mis manos la cosa peluda, es tan suave y sedosa, tiene una cara graciosa y unas largas orejas, creo que debe de ser un conejo, pero no es real, es solo un…¿Cómo se llama? ah...un peluche, una representación sin vida, al igual que yo. Es de un color rosa, el primer color que eh visto en mucho tiempo, quiero quedármelo pero se que no es posible, pertenece a otra persona, y además...si alguien me viese con el lo confiscarían al instante.

Lo abrazo contra mi pecho, reconfortada por su suavidad, y noto un olor, huele a vainilla. Lo tomo mas fuerte en mis brazos, aspirando el olor.

--Que haces tu aquí?...

Me sobresalto al oír la voz, suelto el peluche y doy un paso atrás. Un guardia esta en la puerta, mirándome. Se acerca lentamente hacia donde estoy, se agacha recoge el peluche y lo tiende hacia mi.

--Tómalo—ordena con rudeza.

Sin pensarlo lo tomo y lo estrujo contra mi pecho como si la vida se me fuese en ello. El guardia se da media vuelta y comienza a caminar alrededor de la habitación.

--No deberías estar aquí, sabes que esta prohibido entrar en la habitación de otro, y mas de alguien muerto—El guardia lo dice naturalmente, mi corazón se encoje, miro al peluche, y me doy cuenta de que perteneció a alguien que ahora a muerto, la idea me repugna pero no quiero soltarlo.

El guardia se da cuenta de mi reacción, me mira y sonríe maliciosamente, se acerca a mi e intenta coger el peluche, forcejeo con el, pero es en vano, es mas fuerte que yo. Una vez que lo tiene en manos lo alza triunfante. Quiero llorar, pero no se porque, esa cosa no debería de significar nada para mi pero por alguna razón no es así. Salto sobre el y trato de cogerlo nuevamente, pero antes de que pueda llegar el guardia toma mi muñeca y me detiene.

Ninguno de los dos se mueve, quiero usar mi don, obligarle a que me devuelva la cosa peluda, pero algo me detiene. Un grito agudo comienza a oírse a los lejos, es débil pero a cada momento su volumen va aumentando.

Quiero decir algo, pero el guardia no me lo permite, con una de sus manos, la que no sostiene el peluche, toma mi muñeca y prácticamente me arrastra fuera de la habitación. Trato de mirar tras de mi para que ver esta sucediendo pero no me lo permite. Me doy por vencida y dejo que me arrastre. Cuando llegamos al destino coloca bruscamente mi brazalete sobre el dispositivo, siento como el laser pasa por encima de mi piel, un minuto después la puerta secreta es rebelada. El guardia me lanza dentro de ella, tropiezo y caigo encima de las escaleras, tras de mi oigo como la puerta se cierra con un suave clic. Me levanto, apoyo mi cabeza contra la puerta, tratando de ori algo, pero reina el silencio, seguramente la puerta es muy pesada como para dejar pasar el sonido. Suspiro y comienzo a acceder las escaleras. Una vez que llego a la cima de ellas entro al despacho.

Muchos de los discípulos esparcen rumores de cómo es el cuarto, dicen que es de un color blanco, con aparatos tecnológicos por todas partes, pero solo yo se la verdad, y la verdad es que este cuarto no se parece en nada a como lo describen los rumores. El despacho del director es mi lugar preferido, las paredes son de un suave color marrón y hay estantes llenos de libros por todas partes, en el centro de la habitación hay un enorme escritorio de caoba, lleno como siempre de papeles, en la pared tras el escritorio hay un enorme ventanal, muchas veces me gusta sentarme allí y ver el exterior, solo que al igual que como todas las ventanas aquí, esta también tiene barrotes.

Me acerco hacia el escritorio y noto que la silla del Director esta dada vuelta, mirando hacia el ventanal, todo esta tan silencioso, camino hacia la silla, toco el respaldo de esta, pero cuando la doy vuelta noto que esta vacía. El Director no esta en la habitación, lo cual es realmente extraño, el jamás sale de aquí.

Me dejo caer sobre una de las sillas, extrañada por los sucesos de esta noche, mi estomago ruge, no he cenado, tengo hambre, espero que el Director llegue pronto.

Los minutos pasan lentos, como si no quisieran irse, me sobresalto cuando oigo en suave “clic” de la puerta cerrándose.

Me paro, dándole la espalda, se que el esta tras de mi, observando mis movimientos, me tenso, se que estoy en graves problemas, solo espero que El Director no se de cuenta de mi repentino cambio.

Las manos me sudan, las enrollo alrededor de mi camiseta.

Comienza a caminar, puedo oír sus pasos, pasa a mi lado, ni una mirada, me tenso un poco mas a cada instante. Toma asiento en la enorme silla tras su escritorio, su boca esta tiesa, formando una fina línea, ningún sonido se produce, por un momento pareciese que el tiempo se detiene, el esta tan serio que temo demasiado. Contengo la respiración, mis manos sudan cada vez mas, entonces el…

Sonríe, expulso todo el aire contenido, mis hombros caen relajados, seco mis manos en mi camiseta aliviada.

Al ver mi escena El comienza a reír, es un sonido profundo.

--No tienes de que asustarte Alena, siéntate—dice seriamente, aunque en sus ojos hay un brillo travieso.

Me dejo caer en la silla, sonrió tímidamente agradecida.

--Por un momento parecía como si estuvieses a punto de tener un ataque—se burla, junta ambas manos sobre el escritorio—Por suerte eso no ha pasado, odiaría perderte.

Asiento, es lo único que soy capaz de hacer, estoy sorprendida, aunque no debería estarlo, El siempre se comporta de un modo similar conmigo. Como si el fuese un padre y yo…su hija.

--Usted….usted ha enviado a llamarme—mi voz suena ronca, toso y trato de aclararla.

--Oh...si por supuesto—sus dedos comienzan a tamborilear sobre la madera, es un leve tic que tiene—Supuse que podríamos cenar juntos.

Una pequeña risilla se escapa de mis labios, tapo con mi boca con mi mano, no quiero que esa risilla se convierta en algo más grande.

--Lo siento—me disculpo.

--Porque? Tan hermoso sonido debe ser oído ¿No crees?

No tengo tiempo de responder, tras de mi oigo el familiar clic, y al instante aparece una enfermera, trayendo consigo un carrito, el cual tiene sobre el montones de bandejas.

La cena ha llegado.

Continuara……

martes, 8 de marzo de 2011

Chosen: Capitulo 1/1

 Blanco…todo aquí es tan blanco, sin ningún color, sin vida. Muchos pensarían que el blanco implica pureza, pero no aquí, aquí solo muestra dolor y soledad.

Pienso sobre ello mientras la enfermera  hace su chequeo diario. Hace ya 3 meses que vivo la misma rutina, sin nada nuevo, sin nada que pueda motivarme. Siempre hay silencio aquí, excepto por los ocasionales gritos que muy rara vez se producen y siempre me pregunto porque gritan, que es lo que les causa tanto daño, tal vez gritar es su forma de desquitarse, tal vez les ayuda a recordar, pero eso seria imposible, porque aquí nadie recuerda….

La enfermera esta a punto de terminar, lo se porque como cada día inyecta en mi brazo ese liquido azul, no se que es, la primera vez que me inyectaron pregunte al doctor que era , dijo que no era nada por lo cual 
preocuparme, que eso me haría sentir bien, y así fue, en ese momento me había sentido cansada, pero luego que todo había terminado me sentía fuerte, enérgica, lo único malo en mi había sido ese vacio en mi interior, ese vacio que me acompaña cada día, como si algo muy importante faltara. Mis recuerdos, mi vida, eso faltaba.

--Muy bien cariño, creo que eso es todo—dice la enfermera mientras limpia la herida que el pinchazo a 
dejado.

Agarro su muñeca y la miro a los ojos, como siempre hago, aquí los ojos son lo único que tienen color, no, me equivoco, no son lo único, también esta el brazalete que adorna mi muñeca. La enfermera comienza a sentirse incomoda, retuerce sus dedos tratando de soltarse y desvía la mirada, como todos hacen siempre que los miro directamente, tal vez deben de temerme o algo así, pero solo conozco a una persona que a podido mantenerme la mirada sin titubear, y ese es el Director, la verdad no conozco su nombre, creo que nadie lo sabe o si lo hacen no lo usan, todos aquí lo llaman el Director, y de todos los dotados soy la única que ha hablado con el directamente.

La enfermera comienza a toser tratando de conseguir mi atención, nuevamente me eh dejado ir en mis pensamientos, suelto su muñeca y esta vez quien desvía la mirada soy yo.

--Gracias……gracias—digo levantándome de la camilla, e vuelto a olvidar su nombre, otra vez.

Ella abre su boca, seguramente para darme alguna indicación de que medicinas debo tomar, pero antes de que algún sonido se produzca salgo de la sala hacia el pasillo, el único lugar al que puedo ir por ahora es mi habitación que se encuentra al otro lado del edificio. Los guardias que se circulan los pasillos no nos permiten explorar ni hablar con otros discípulos, al menos a mí. Eh visto a otros hablar entre si, pero por alguna razón cada vez que intente acercarme los guardias me lo prohibieron, y a diferencia de otros mis clases son privadas, soy la única a la cual el Director atiende, y eso me asusta pero a la vez me hace sentir especial, única.

Recorro los pasillos arrastrando mis pies sin ver realmente el camino, mi bata golpea levemente mis piernas a cada movimiento, los guardias me saludan asintiendo en mi dirección, yo no respondo, los ignoro y sigo mi camino, en un momento choco contra un enfermera que salía de una habitación haciendo que esta caiga y junto con ella los utensilios que llevaba. Me arrodillo sobre el suelo para tratar de ayudarla, alcanzo una pinza cerca de mi pie y la tiendo hacia ella, invitándola a que la tome, lo cual hace bruscamente. Antes de que pueda replicar algo termina de juntar todo y huye del lugar prácticamente corriendo, y esta vez soy yo quien queda con las palabras en la boca.

Me levanto del suelo pasando mis manos por la falda de la bata para sacar cualquier suciedad, lo cual es imposible, ellos mantienen limpio cada rincón. Levanto mi mirada y me encuentro con una niña pequeña, que espía medio escondida la escena, su cuerpo esta dentro de la habitación de la cual la enfermera salió, solo veo su pequeña cabeza, la cual esta repleta de pequeños rizos dorados, su pequeña boquita esta abierta formando una perfecta O y sus ojos, de un azul intenso, muestran miedo y su tobillo esta adornado por una cinta azul. Extiendo mi mano para tocarla, tratar de calmarla, porque se como se siente, así me sentí  yo en algún momento, pero ella se aleja, dejo caer mi mano. No puedo saber con exactitud si es nuevo o no, jamás presto demasiada atención a los nuevos aunque cada mes alguien nuevo llega.

--No temas...no te hare daño—digo tratando de ser dulce.

Ella parece dudar, pero luego de un momento sale de la habitación, aun así se mantiene a una distancia 
prudente de mí.

--Como te llamas?—pregunto.

Se que no debería de hacer esto, de hablar con otros, pero no puedo evitarlo, esta niña me recuerda a mi 
cuando llegue. Se que debo darme prisa antes de que un oficial llegue y me escolte hasta mi habitación, al 
encierro.

Ella parpadea varias veces confundida, como si no creyese que esto esta sucediendo, pero al segundo se 
recompone.

--Megan—responde tímidamente.

Veo que ella no va a huir corriendo de mí, por lo cual me acero y me arrodillo frente a ella, hasta que estoy a 
su altura, el estudio, maravillada por el color de sus ojos.

--Cuantos años tienes Megan?

--Tengo 6  años—ella sonríe, como si tener  6 fuese lo mejor del mundo y para ella seguramente lo es.

Estoy asombrada, ellos jamás traen a discípulos tan pequeños, normalmente los dones se manifiestan a partir 
de los 13 años o en mi caso por un accidente, ella debe de ser un caso especial.

Aturdida toco inconscientemente mi cicatriz, ubicada en mi frente, el único indicio de una vida pasada.

Vuelvo mi atención a ella y la pillo mirando fijamente mi brazalete, seguramente aun no le han explicado el 
porque de los brazaletes.

--Te preguntas porque el mío es rojo no?—pregunto mientras coloco mi cabello en su lugar, de modo que 
cubra la cicatriz.

Ella asiente silenciosa, confundida, asustada. Comienzo mi explicación, sin ocultarle nada, por mas aterrador 
que fuese.

--Todos los discípulos llevamos estos brazaletes o tobilleras para diferenciarnos, el tuyo es azul, eso significa 
que tu don es intermedio, no es peligroso pero tampoco inocente.

--Mi.don?

--Si, tu don…seguramente aun no lo has descubierto, pero lo harás, pronto, ellos te ayudaran.

Megan pone su pequeño dedo sobre sus labios, pensando, a decir verdad eso es realmente adorable, en este 
momento casi parece una adulta. Sin poder evitarlo una pequeña risilla sale de mi boca, y por un momento en 
mucho tiempo siento algo, algo llamado felicidad.

 --A veces tengo sueños extraño—una sonrisa se extiende por su rostro—Anoche soñé que una enfermera se tropezaba con otra persona, tal y como hace un momento sucedió.

--Puedes ver el futuro, eso es genial—sonrió junto con ella, su sonrisa es de esas que contagian y que a pesar de que uno este triste o enfadado no puedes evitar sonreír.

Entonces su rostro cambia, su sonrisa se desvanece y esta vez parece preocupada.

--Si el azul significa intermedio, entonces….

Se lo que va a decir, lo supe desde el momento en que su mirada cambio, ella acaba de descubrirlo.
Miro fijamente mi brazalete que brilla de un color rojo carmesí, lo que me califica como una discípula peligrosa, o al menos mi don lo es.

Ella se aleja de mi, su cara esta pálida, tropieza con sus propios pies y cae al suelo, sus ojos se llenan de 
lágrimas.

--Jamás te haría daño Megan, no tienes porque temer, yo no…

Solo entonces me doy cuenta, sus labios están azules y su cuerpo comienza a convulsionar.  Ella esta rechazando el cambio. Lo eh visto antes, muchas veces suceden, los doctores no saben porque es,  solo muy pocos han logrado sobrevivir, la mayoría no lo hace.

Se lo que sucederá, su cuerpo seguirá convulsionando hasta que su corazón no pueda aguantar mas, y luego todo terminara, sus ojos, su cuerpo, sin vida.

No puedo dejar que eso suceda.

Sin titubear me arrodillo junto a ella mientras a gritos pido ayuda. La tomo sostengo en mis brazos, pongo su cabeza en mi regazo y lloro, por primera vez en mucho tiempo lloro. Las lágrimas resbalan por mi rostro y caen sobre el suyo. Trato de calmarla, darle palabras de aliento pero no puedo, no se que hacer. Oigo gritos detrás de mí, giro mi rostro y veo personas corriendo hacia mí, la mitad de los discípulos han salido de sus habitaciones,  seguramente alertados por mis gritos. Los guardias tratan de contenerlos, ordenándoles que vuelvan a sus habitaciones, todos lo hacen.

Los médicos llegan hasta donde estoy, y antes de que pueda decir algo unos fuertes brazos me toman por la 
cintura, me alzan y me alejan de allí.

Comienzo a gritar y patalear, tratando de zafarme del agarre del guardia, pero el rápidamente me coloca sobre su hombro y me lleva a mi habitación.

Araño con mis uñas la espalda del guardia pero el no hace caso, en su lugar el agarre se vuelve mas fuerte, entonces se me ocurre un idea, con mi pierna doy un golpe a su ingle, el guardia al instante me suelta lo cual me da la oportunidad de huir. Corro con todas mis fuerzas, tratando de llegar a Megan, pero es difícil, el guardia me ha llevado más cerca de mi habitación pero muy lejos de Megan.

Doblo la esquina en un pasillo y me detengo, entonces lo veo, a la distancia lo médicos la rodean tratando de salvarla. Estoy a punto de retomar la marcha cuando algún duro cae sobre mi arrojándome sobre mi estomago al suelo, se que es el guardia porque esta vez me mantiene boca abajo y con sus rodillas aplasta las mías. Araño el suelo, como si ello pudiese ayudarme, estoy a punto de golpear al guardia con las manos cuando un agudo sonido llena la sala.

Es ese pitido, ese al cual temo tanto, el cual indica que su corazón se ha detenido. Megan ah muerto.

El guardia me levanta del suelo y me carga sobre su hombro nuevamente. Esta vez no lucho, no hay nada por 
lo cual hacerlo, ya todo termino. Al girar a la esquina levanto mi rostro y veo como los doctores cubren su 
cuerpo con una manta, la única que siente tristeza en este momento soy yo, para ellos es solo un desperdicio, un don perdido.

Al llegar a mi habitación el guardia me arroja bruscamente sobre mi cama y sale de la habitación cerrando la 
puerta con llave.

Me siento sobre la cama y miro al vacio, nada de tiene sentido pero a la vez todo lo tiene, siento tristeza, culpa y por un momento algo nuevo me inunda…rabia.

De un salto salgo de la cama, tomo lo más cercano, una silla, y la arrojo contra la pared, lo mismo hago con un cuaderno, un cepillo, y muchas cosas más. Doy patadas con todas mis fuerzas al armario, abollando las puertas de este.

Se que las cámaras que siempre vigilan están mirando todo, pronto enviaran a alguien para calmarme, pero no me importa porque en este momento siento mucha rabia.

Rabia contra los doctores que no pudieron salvarla, rabia contra el guardia que me alejo de ella, rabia contra 
Megan...por no haber sido lo suficientemente fuerte como para resistir. Rabia contra mi misma.

Estrello mi mano contra el espejo y este se rompe en mil pedazos que caen al suelo. Mi mano sangra, duele, pequeñas gotas caen al suelo manchándolo, el único color en esta habitación.

Oigo pasos en el pasillo, ellos vienen a detenerme, antes que me haga mas daño. Arrojo el escritorio contra la puerta, bloqueándola. Ellos tratan de entrar, primero quitan el cerrojo pero luego se dan cuenta de que la puerta esta bloqueada, por lo cual deciden usar la fuerza bruta. Los golpes comienzan, el escritorio se mueve centímetros con cada golpe, en unos minutos ellos estarán dentro. Asustada me hecho hacia atrás, miro hacia todas partes, tratando de encontrar algo mas para bloquear la puerta, esta el armario, pero es demasiado pesado para moverlo, entonces algo llama mi atención. Es el espejo, solo algunos pedazos han quedado unidos, y en ellos esta mi reflejo.

Mis mejillas están de un vivido color rojo, mi cabello esta alborotado y mis ojos de un color chocolate me asustan, en este momento no muestran miedo o añoranza, sino locura y me doy cuenta, ellos no están tratando de salvar mi vida, ellos están tratando de preservar mi don.

Asombrada me alejo de la imagen y algo cruje bajo mis pies, es un vidrio, lo recojo y lo aprieto en mi mano sana, este atraviesa la piel, es lo suficientemente filoso como para hacerlo y eso me da una idea. Lo acerco a mi muñeca.

Mi vida no vale nada pienso, la vida de Megan no valía tampoco, ninguna vida en este lugar lo vale.

Estoy a punto de cortar cuando la puerta se abre abruptamente enviando al escritorio al otro lado de la 
habitación.

El guardia entra hecho una furia, sus ojos se abren de par en par cuando se fijan en mi, miro mi mano que sostiene el arma, el titubea, dudando sobre que hacer, tengo mi oportunidad, mi momento de acabar con todo, pero dudo demasiado. Cuando me doy cuenta el guardia se recupera, corre hacia mi y aprieta mi muñeca, lastimándome, mi mano se ante el dolor y el arma cae, el me arroja sobre la cama y con sus manos sostiene mis muñecas a cada lado de mi cuerpo, comienzo a patalear, pero otro se acerca rápidamente y sostiene mis piernas. Una enfermera se acerca y antes de que pueda siquiera gritar siento como la fría aguja a traviesa mi piel. El líquido se esparce por mis venas y el cansancio comienza a recorrerme.

Sedantes…ellos me han sedado. Mi cuerpo comienza a sentirse demasiado pesado y dejo de luchar, trato de mantenerme consiente pero me es imposible, mi vista comienza a fallar y todo se vuelve borroso, la obscuridad comienza a absorberme, cierro mis ojos por un momento, siento como las manos que me sujetaban se alejan, oigo pasos, susurros y luego silencio.

Abro mis ojos por un momento y me sorprendo, la puerta de mi habitación esta abierta y allí hay un muchacho, el me mira fijamente, es hermoso, y aunque mi vista es borrosa veo que sus ojos son azules, como los de Megan.

Dejo a una sonrisa extenderse por mi rostro y con esa bella imagen me dejo ir, teniendo en mi mente esos ojos azules.

Continuara.....
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Hola!!!!bueno...por fin no? la primera parte del primer capitulo de Chosen!!!!Espero de veras que os guste, como veran ya en el primer capitulo hay algo de accion, y es porque esta historia esta repleta de ella!!por supuesto tambien tendra sus partes romantica <3 como cualquier historia... en fin..espero que os guste y por favor...comenten mucho!!!jajaja XD. La segunda parte del cap. la publicare el viernes por la noche.
Cuidense!! Bye...

PD: Si pudieran hablarle a sus amigas de mi blog os agradeceria mucho, muchisimo!!


lunes, 7 de marzo de 2011

Primera historia...Prólogo de Chosen :D


¿Quien soy?¿Quien era?¿Quien seré?, son las preguntas que rondan mi mente a cada instante, desde que ellos llegaron a mi vida o mejor dicho me la arrebataron, convirtiéndome en algo no humano, algo mas allá del entendimiento humano. Pero ellos lo consiguieron, idear una formula...transformando a un ser humano en un arma...sin recuerdos, sin nada que pueda definirlo como una persona… ¿Para que? Para utilizarnos contras sus enemigos.

Eso fue lo que hicieron conmigo, borraron hasta el ultimo de mis recuerdos, destrozando la esencia de quien fui alguna vez...convirtiéndome en un objeto sin vida, sin sentimientos...sin nada. Mi vida, planes para el futuro, todo perdido, todo olvidado... ¿Por que? Por tener una cualidad especial, algo que ellos decidieron era lo bastante valioso como para explotarlo a su favor sin piedad.

Cada cosa en ti ellos lo usaran. Lo llaman los Extraños, nadie los conoce realmente, son como sombras, que asechan eligiendo a sus presas, sin importarles nada, pues una vez que ellos te atrapan desapareces para siempre, sin importar cuanto tu familia busque jamás te encontraran. Pero no te confundas, son solo simples humanos, humanos que codiciaron el poder, que juegan a ser dioses.

Olvida quien eres, olvida toda esperanza...porque una vez que ellos te eligen, te atrapan, te drenan…No eres nada.

domingo, 6 de marzo de 2011

Bienvenidos!!!

Hola a todos!!! Mi nombre es Sophie y este es mi blog : P....esta entrada la he hecho exclusivamente para presentarme a mí y al blog ante ustedes amados lectores. Tal como el titulo del blog dice este es mi Mundo...un lugar donde todo puede suceder...un espacio en el cual publicare alguna de mis historias que van desde sexis hombres lobos hasta proyectos del gobierno. A lo largo de la semana iré colocando algunos de los prólogos y por ahora el blog tendrá solo dos historias a causa de que la escuela me quita mucho preciado tiempo dejándome solo muy poco para escribir, muchos entenderán este problema, imágenes de los personajes no habrá ya que no eh encontrado alguien que se ajuste a mis expectativas, por lo cual eso os dejo a vuestra imaginación.....En fin espero que os guste el blog y jamás duden de darme su opinión, mientras que sea de modo educado y no usando lenguaje vulgar.

Me despido dejando algunos datos sobre mí:

Mi nombre es Sophie Walker, tengo 14 años, soy de Argentina, mis dos pasiones son escribir y leer, mi color favorito es el morado, soy muy enérgica y alegre aunque muchas veces dramatizo demasiado XD....mi película favorita es Titanic, me gusta todo tipo de música y mi mejor amiga es Linne Valdez…seguramente muchos la conocerán por su blog www.guardianes-cazadores.blogspot.com/ aunque la muy vaga hace mucho no publica :P.
Mi e-mail es sophie9497@hotmail.com por si alguna desea hablar conmigo alguna vez pero os advierto...soy muy charlatana y muy distraída...normalmente me pierdo fácil en las conversación XD.
Os diría que si alguna quiere enviarme su solicitud de amistad en facebook no tengo ningún problema, pero 
lamentablemente hace poco una persona me hackeo el face, por lo cual eh pensado en hacer uno solo para el blog que muy pronto estará listo.

Creo que eso es todo por ahora,......Sean bienvenidos y espero de corazón que el blog y las historias gusten y sean de vuestro agrado.